miércoles, 19 de agosto de 2009

Llegó la hora

Me despierto, empapado en sudor frío, serán las tantas y yo sin poder dormir. Mañana va a ser un gran día, me estrenaré como cazador. Ya soy lo suficientemente mayor como para salir a cazar con el resto que siempre ha tenido la suerte de poder regresar con vida. Quiero y no quiero. Sé que mi labor aportará pieles para el invierno y comida para las próximas semanas, pero ¿y si no vuelvo? Tendré que correr ese riesgo, por el bien de la tribu.